Mientras se acerca el momento en que se me amontonen todas estas cosas sigo disfrutando de mis pequeños momentos de inspiración.
-"Estaréis las 24 horas del día juntos...
-¿Y qué?
-Pues que por la noche no tendréis nada que contaros... no tardaréis en saturaros el uno del otro. Las parejas necesitan oxígeno e independencia.
-Me recuerdas a Titi cuando se justifica por salir cada noche con una diferente...
-Es que acabo de hablar con él por teléfono y dice que más vale que os andéis con ojo. El infierno no huele a azufre y tampoco es de color rojo. Él dice que el infierno no huele a nada y que en él no hay torturas. En realidad no hay nada, porque nos habituamos a todos los excesos salvo a la monotonía. Así que allí el auténtico sufrimiento es estar solo para siempre rodeado de un tono gris uniforme".
Lewis Trondheim, "El color del infierno" (2006)
