¿Por qué conformarnos con un solo camino de la infinidad que hay para elegir?. Será que la vida no es tan larga.
Cuando me da por pensar en todas estas cosas me agobio. Noto como si me faltara el aire. Como si el sitio donde me encuentro se quedara pequeño. Hay tantos lugares que ver, tanta gente que conocer, tantos caminos por recorrer que me siento estancada. Estoy desaprovechando toda esa infinidad de oportunidades y experiencias.
Pero luego miro a mi alrededor y pienso ¿tan mal estás aquí? ¿tan malo es este camino?. No. Siempre hay cosas mejorables, pero estoy a gusto. Me siento bien aquí. Estoy bien rodeada. Y vuelvo a respirar. Me calmo.
Y reflexiono. y me doy cuenta que tampoco he desaprovechado tanto mi vida hasta ahora. Y que los caminos que he ido tomando me han llevado a grandes destinos. A grandes lugares. Hay un montón de vivencias y experiencias que contar. Muchas anécdotas guardadas en mi frágil memoria bajo llave para que no se escapen. Porque están ahí. Porque las viví. Porque me han regalado grandes amistades. Amistades para siempre.
Y tirando de esos recuerdos me descubro en Berlín. En el mercadillo del Mauerpark. Domingo por la mañana. Día soleado y caluroso del mes de julio. “Manuela” se hace un hueco entre tanto puesto y coloca toda su ilusión. Mila como compañera de aventura. ¿Realmente fui capaz de hacer aquello?. Lo fui.
Ahora seré capaz de hacer mucho más.
¿Se puede existir sin tener que pensar demasiado o pensando lo justo y necesario?
"-¿Quieres decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?
-Eso depende mucho de a dónde quieres ir - respondió el Gato.
-Poco me preocupa a dónde ir - dijo Alicia.
-Entonces, poco importa el camino que tomes - replicó el Gato-"
Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carroll

