sábado, diciembre 19, 2009

martes, diciembre 08, 2009

"Estar como un regadera"

Siempre me ha gustado esta expresión. Me parece curiosa la comparación de un loco con una regadera. ¿Acaso las regaderas enloquecen? Pero ¿por qué? ¿Cuál es el extraño motivo que les lleva a semejante locura? Igual es que su trabajo no les gusta. Tengo la teoría de que les supone tal esfuerzo pasarse el día escupiendo a hermosas plantas y flores que acaban por perder la cabeza. Creo que no son capaces de soportarlo y enloquecen de desesperación.

Sin embargo, a mí me parece hermoso lo que hacen. Su trabajo consiste en alimentar y ayudar a vivir a otros seres. ¿Qué hay más enriquecedor que esto?

Así que la próxima vez que me digan “estás como una regadera”, levantaré la cabeza con orgullo y alegría y diré “Gracias” porque nada me haría más ilusión que parecerme, aunque sea en un poquito, a una regadera.

"—Eres raro.
—Lo siento.
—No, si es un cumplido".

"Donnie Darko", (2001).

sábado, octubre 31, 2009

El Señor Búho

El señor búho me sorprende a altas horas de la madrugada. Me obsequia con un gran tazón de colacao. Templado, como a mí me gusta. Desde luego, me ha leído el pensamiento. Emito un gran bostezo. Me froto los ojos. Me recojo el pelo en un moño alto. Me dispongo a escuchar.
Me comenta lo equivocados que estamos. Que los búhos no tienen esos grandes ojos por tener una desarrollada visión nocturna. Sino todo lo contrario. Son grandes de curiosidad. Les gusta pasar el día quietos, situados en algún lugar estratégico desde donde se pueda observar la vida cotidiana de los demás. Sus ojos son así de todo lo que los abren cuando alucinan, que por otro lado, es algo bastante frecuente. Ellos prefieren el día a la noche. Explica que se mueven de noche porque hay menos aglomeración para hacer sus cosas. Es por eso. Detestan hacer cola. El señor búho asegura que la gente del turno de noche es más eficaz. Eso o que hay menos gente dando la vara y todo va más fluido. Sólo reza para que esto sea así por mucho tiempo.

Hablamos de lo humano y lo divino, de lo fantástico y lo real. De cómo nos duele la garganta cuando escuchamos a Tom Waits, imaginando que ponemos esa misma voz ronca. Necesitaríamos muchos whiskies y cigarrillos para llegar a hacerlo sin dolor. De lo desconcertados que nos quedamos cuando vemos alguna película de Darren Aronofsky. Que necesitamos verla unas diez veces para encontrarle algún sentido. Y cada vez que volvemos a verla descubrimos algo nuevo, que en la vez anterior se nos había pasado por alto pero que esta vez ya cobra lógica, hasta que al final le encontramos el sentido a toda la película y, entonces, descansamos tranquilos. Y llegamos a esta conclusión: nos ha gustado. De cómo nos emocionamos cuando nos encontramos con buena gente por la vida y de lo entrañables que parecen algunas personas que pasean tranquilamente ajenas a nuestras miradas. De lo que nos gusta el olor a castañas asadas los días fríos de invierno. Y a veces nos descubrimos comprándonos un cucurucho solamente por sentir su calor entre las manos, porque en realidad detestamos su sabor.

Y, de repente, un rayo de luz muy pálido entra por la ventana. Me despierto bruscamente, dando un respingón. Me siento en el borde de la cama callada. Me quedo muy quieta. Confusa. ¿Ha sido real o un sueño?. ¿De verdad el señor búho ha estado aquí o lo he soñado?. A lo lejos, posada en el suelo, veo una gran pluma verde. Me quedo tranquila. Me vuelvo a dormir.

"La mitología malaya habla de un pañuelo, Sansistah Kalah, que se teje solo y cada año agrega una hilera de perlas finas, y cuando esté concluido ese pañuelo, será el fin del mundo".

W. W. Skeat, “Malay Magic” (1900).

lunes, octubre 05, 2009

Cosas inconexas

Estoy viendo pasar gente por la ventana que me cae bien. No es la primera vez que esto pasa desde que siempre que miro a través del cristal da la casualidad que pasa gente. Esta manera de adjudicarles personalidades afables a los desconocidos puede fallar, pero qué más da, si como vienen se van.

Me muestro a favor de mantener el misterio. Lucubrar historias sobre las fascinantes vidas de los demás tiene su encanto. Advertencia: Hacer uso de esta faceta con moderación. No caer en el error de no vivir la propia vida.

También pienso que me gusta la gente que mantiene las distancias y no lee por encima de tu hombro, siempre a un ritmo desacompasado respecto al tuyo, ese libro que tanto te gusta cuando deciden sentarse a tu lado en el metro. Así lo veo yo: no es que no les interese el libro, es que prefieren imaginarse en lo que andas metido. O, simplemente, dejarte tranquilo.

Y escucho música mientras camino. Mi banda sonora de todos los días. Algún día haré coreografía.

— "Dime una cosa, Bronn. Si te ordenara matar a un bebé... a una niña de pecho... ¿Lo harías? ¿Sin preguntas?
— ¿Sin preguntas? No. Preguntaría cuánto".

George R. R. Martin, "Choque de Reyes" (2003).

lunes, agosto 31, 2009

Pamplinas, pero pamplinas verdaderas.

Los elefantes azules viven en lugares recónditos, que ningún ojo humano ha alcanzado a ver. O sí. Cuenta la leyenda que los pocos osados que han emprendido su búsqueda no han regresado jamás. Las malas lenguas sostienen que se encontraron con la muerte en el camino. Yo opino que, simplemente, les gustó más aquel lugar y no han querido regresar.

Estos elefantes son muy raros de ver. Sólo aparecen cuando hace mucho sol, hay un mar cerca y muy poca gente alrededor. Eso sí. Tiene que sonar música de fondo. Pero no cualquier música. Tiene que ser de Georgie Dann. Inexplicable, sí, pero cierto. Se está investigando a fondo el asunto.

De lo que no cabe duda es que estos animales poseen un encanto especial. Pero no sólo eso. Tienen la capacidad de otorgar buena suerte a todo aquel que los toca. Eso, y unas grandes dotes para el “Bel Canto”. Comprobado.

Los elefantes azules son espíritus solitarios pero disfrutan yendo en manada.

Quizás sea eso. Quizás yo también soy un elefante azul.

“Bless the day I made the wrong choice
Bless mess ups, yeah bless them all
And give me the sentence that I deserve
And the gift of memory.

So we dance, dance, dance
This life away
Dance, dance, dance,
This life away”

Marlango. “The electrical Morning”.

lunes, agosto 17, 2009

When I was a little girl...

Cuando era pequeña mi hermano y yo recibíamos cartas de un tal Pato Donald, besos del Rey Baltasar y mi padre era un mago que sacaba “palotes” de detrás de las orejas.

Cuando era pequeña no quería ser astronauta, ni científica, ni equilibrista.
No quería ser escritora, ni dentista, ni ministra.
Ni heroína, y, para qué negarlo, nada de superpoderes.
No pensaba en oficinas ni en ricos yacimientos arqueológicos.
No me interesaban los ordenadores.

Cuando era pequeña, de mayor quería ser pequeña.

"-Me pregunto qué nombre les habrían puesto a las naranjas -dijo Gordo Charlie- de no haber sido de color naranja. Quiero decir, si cuando descubrieron aquella nueva fruta hubiera sido azul en lugar de naranja, ¿las habrían llamado azules? ¿Estaríamos bebiendo, entonces, zumo de azul?"

Neil Gaiman, "Los Hijos de Anansi" (2008).

lunes, mayo 25, 2009

Tengo...

Tengo una amiga que sabe hacer el cangrejo y doblar la lengua en todas sus variantes, que devora magdalenas, que habla hasta cuando duerme y que prefiere el Nesquik al Colacao porque no hace grumos.
Tengo un amigo que siempre que puede se sube a los árboles. Tengo una teoría. Creo que en alguna vida anterior fue el rey de una tribu de simios y que los días de luna llena éstos aúllan reclamando su presencia y él se sube a los árboles para oírles mejor.
Tengo una amiga que adora las golosinas, que hace la tarta de manzana que más me gusta, que se dedica a leer piedras y que le hubiera encantado vivir en los años 20, rodeada de vestidos con flecos, sombreros con encanto, cigarrillos imposibles y bailando charleston.
Tengo un amigo que saca unas fotos espectaculares y que cuida de mi amiga, la de los años 20.
Tengo una amiga que es muy dulce y pausada al hablar, que sabe mover las orejas, que le encanta caminar y que baila salsa como una profesional.
Tengo un amigo multidisciplinar, que tan pronto saca fotos como toca el bajo, te hace un diseño gráfico o te baila un cha-cha-chá.
Tengo un amigo que cuenta erasmus cual calorías, que odia las magdalenas, que tiene una novia rubia a la que no conoce y que convierte en un trailer de película todo lo que le ocurre.
Tengo un amigo de San Diego, que me habla en inglés y no hace más que viajar.
Tengo un amigo que es capaz de doblar su pulgar 180º o más, que sabe trabalenguas en catalán y que me enseña lugares secretos que no puedo desvelar.

Y esto sólo en Santander.

El próximo, quiero que cante jotas al revés.

Sigo haciendo pruebas con las pinturas y los rodillos nuevos. Esta vez no ha quedado un dibujo muy bien definido, está bastante difuso, pero me ha gustado el resultado. Para mí lo perfecto está en lo imperfecto y no me habría gustado más el resultado si hubiera quedado perfectamente lineal y marcado.

"Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo". Mario Benedetti.

domingo, mayo 17, 2009

Mis pinturas nuevas

Suelo ser bastante despistada. No suelo quedarme con los detalles de las cosas ni con la cara de la gente. Pero a veces, sólo a veces, algo llama mi atención. Pequeños detalles, pequeñas cosas. Cosas que me hacen despertar y las atesoro en mi memoria, sin ninguna explicación. A veces, sólo a veces, esto me pasa con la gente. Una sóla mueca, un sólo gesto o guiño que me diga algo es suficiente para retenerlo en mi memoria. Recuerdo a la gente que sonríe.
Me gusta ir en el metro, acomodarme en un rincón y observar a la gente. Imagino sus vidas. De dónde vienen, a dónde van. Invento historias, historias para soñar. Lo hago hasta que me tengo que apear. Entonces vuelvo a la realidad.

Estoy como una niña con zapatos nuevos. Me han regalado pinturas para tela. Estoy haciendo pruebas para ver qué tal son. Me gustan mucho!! hecha esta prueba me voy a lanzar a pintar cosas nuevas.

"Repetiré como yo quiera ese minuto que viví y no me importa si hay rigor". Ivan Ferreiro. Toda la Verdad.

lunes, abril 13, 2009

Lisboa

Recuerdos de lugares que nunca he visitado.
Recuerdos de miradas con las que nunca me crucé.

Lisboa. Extraña sensación de que es una ciudad hecha para mí.
Extraño porque nunca estuve allí.

Pero a diario recorro sus calles. A diario monto en sus tranvías. Escucho sus Fados. Subo sus cuestas. Veo su mar (río, para precisar)y parece que me espera.

Lisboa. Pronto. Muy pronto.

De momento tengo un mechero para alumbrar mis pasos.

"El mundo está compuesto por cuatro elementos: Tierra, Aire, Fuego y Agua. Es un hecho bien conocido, incluso por el cabo Nobbs. También es erróneo. Existe un quinto elemento, y generalmente se le conoce como Sorpresa".

Terry Pratchett, "La Verdad" (2000).

domingo, marzo 01, 2009

Pequeñas grandes cosas

Las tormentas de verano, el olor a tierra mojada
La alegría de los días soleados
El mar, sus olas, su olor
Las terrazas de verano, las cervezas con limón
El verde de las montañas, el azul del cielo, el azul del mar

Los pisos antiguos, los techos altos, las grandes ventanas
Las paredes blancas, los suelos de madera
El centro de la ciudad
Los sitios con encanto

El olor a limpio
La claridad del blanco. La oscuridad del negro

Las luces de navidad
El frío en la cara
Mi abrigo rojo, mi bufanda, mis manoplas belgas

El silencio

Hablar de todo
Hablar de nada

Los amigos de la infancia
Los amigos post infancia
Las quedadas con disfraces
El Twister, las ginkanas

Los Playmobil y los Legos
Los elefantes, los pingüinos
Las margaritas
Y las bicis holandesas

Y no parar de reir

Estar en casa en pijama
Los huevos fritos con patatas
Los crepes y las naranjas
La leche con ColaCao

Las fotos en blanco y negro, y las de color
Los dibujos, la guitarra

Madrid y el bullicio
Santander y la calma
Gante, no hay palabras
Y todos lo lugares por conocer

Los buenos recuerdos

La ilusión de un futuro

"Dicen que las mentiras pueden dar la vuelta al mundo antes de que la verdad tenga tiempo de ponerse las botas".

Terry Pratchett, "La Verdad" (2000).

domingo, febrero 08, 2009

Quiero un mapa

Hay millones de caminos, millones de desvíos y de atajos. Y hay que elegir. De eso se trata esto de vivir. De elegir. ¿Y cómo sabemos que el que hemos tomado es el mejor? miro a mi alrededor y veo muchos otros caminos. Y me gustan. Envidio a la gente que ha elegido ese camino. Deseo tomar ese camino. Pero mi coche va lento, como a trompicones. Parece asustadizo. Creo que le gusta caminar por lo seguro. Por caminos bien asfaltados y marcados. Pero yo veo caminos estrechos, más empedrados que parecen llevar a lugares mucho más fascinantes. O no. Eso nunca se puede saber hasta que los recorres. En ese caso, tendré que cambiar de coche.

¿Por qué conformarnos con un solo camino de la infinidad que hay para elegir?. Será que la vida no es tan larga.

Cuando me da por pensar en todas estas cosas me agobio. Noto como si me faltara el aire. Como si el sitio donde me encuentro se quedara pequeño. Hay tantos lugares que ver, tanta gente que conocer, tantos caminos por recorrer que me siento estancada. Estoy desaprovechando toda esa infinidad de oportunidades y experiencias.

Pero luego miro a mi alrededor y pienso ¿tan mal estás aquí? ¿tan malo es este camino?. No. Siempre hay cosas mejorables, pero estoy a gusto. Me siento bien aquí. Estoy bien rodeada. Y vuelvo a respirar. Me calmo.

Y reflexiono. y me doy cuenta que tampoco he desaprovechado tanto mi vida hasta ahora. Y que los caminos que he ido tomando me han llevado a grandes destinos. A grandes lugares. Hay un montón de vivencias y experiencias que contar. Muchas anécdotas guardadas en mi frágil memoria bajo llave para que no se escapen. Porque están ahí. Porque las viví. Porque me han regalado grandes amistades. Amistades para siempre.

Y tirando de esos recuerdos me descubro en Berlín. En el mercadillo del Mauerpark. Domingo por la mañana. Día soleado y caluroso del mes de julio. “Manuela” se hace un hueco entre tanto puesto y coloca toda su ilusión. Mila como compañera de aventura. ¿Realmente fui capaz de hacer aquello?. Lo fui.

Ahora seré capaz de hacer mucho más.

¿Se puede existir sin tener que pensar demasiado o pensando lo justo y necesario?

"-¿Quieres decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?
-Eso depende mucho de a dónde quieres ir - respondió el Gato.
-Poco me preocupa a dónde ir - dijo Alicia.
-Entonces, poco importa el camino que tomes - replicó el Gato-"

Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carroll


free web counter